El tercer volumen de una de las mejores series del independiente americano, la que sigue las aventuras de Scott Pilgrim es quizás el más completo de todos; si en el primero entrabamos en contacto con su mundo, y el segundo estaba lleno de acción, en el tercero conocemos más del pasado de todos, hay unas cuantas peléas apoteósicas, y, además de las ya clásicas referencias a videojuegos y subcultura, hay momentos un poquito más serios.
En los dos volumenes anteriores, Scott siempre quedaba petrificado al recordar una relación pasada, antes de que pudieramos entrar en su mundo. Es algo que le había marcado a fuego, algo que hacía que se tirara al suelo y se colocara en posición fetal. Ese algo era Envy Adams, una ex-novia que le rompió su corazoncito a Scott, y, bueno, el caso es que vuelve a la ciudad y a la vida de Pilgrim, tal como veíamos al final del segundo volumen.
Así que esta vez O´Malley no se centra tanto en la pelea contra el ex-novio de Ramona pertinente (que no es otro sino el actual novio de Envy, para liar más la cosa), sino en esos años entre que Scott se trasladó a Toronto y el momento en que apareció Ramona.
El volumen me ha parecido un tanto más "serio", dentro de lo seria que pueda ser una serie en que aparece de la nada una vida extra, como si fuera un videojuego, o hay peleas como en Dragon Ball, pero si, este sería el tomo en que Pilgrim esta un poco más melancólico de lo habitual, y podemos ver a traves de flashbacks el inicio y deterioro de la relación con Envy, y las diferencias que les llevaron a , bueno, que llevaron a Envy a dejarle. Y en esos flashbacks, claro, vemos como eran antes Stephen Stills, Kim, o como se conocieros Scott y su compañero gay de piso, Wallace Wells.
El estilo de Bryan Lee O´Malley sigue fiel a sus principios: splash pages espectaculares, estructura de manga, ningún reparo a la hora de introducir elementos "fantasiosos" con la mayor naturalidad, .. en fin, que sigue siendo diversión al 100%, y sigue siendo, a pesar del estilo que parece una mezcla de manga, cartoon, dibujo infantil y vaya usted a saber cuantas cosas más, un comic que transmite de la manera más sencilla y sincera los sentimientos de unos personajes a los que no se les puede dejar de coger cariño. Es apabullante la facilidad que tiene O´Malley para transmitir todo eso con una simple expresión facial del personaje que sea, y como juega con las estructuras de página para hacer que todo quede simplemente perfecto.
Una vez le pillas el punto, esta serie es demoledora, y cada tomo te dejará pidiendo a gritos el siguiente.
Scott Pilgrim, señores, mola.
9 de 10
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