The Hives han destrozado el escenario de Barcelona, de nuevo.
Esta vez su vendaval pasaba por la sala Apolo, a reventar y con todas las entradas vendidas desde hacía tiempo.
El ambiente era el esperado después de su "dulcificamiento", por asi decirlo, es decir, moderniquis con pinta de informaticos y dos chapitas a tutiplen, chavalines con gorras de camionero del Pull & Bear a porrillo, algunos punkrockers, mucha niña mona, el harén de suecas habitual en los conciertos de grupos escandinavos y ... un tipo con pinta de Animal Batista que tuve al lado un rato, con pinta de haber conocido al grupo a traves de los 40.
Esta es la tercera vez que les he podído ver en directo, siempre en salas pequeñas, que es un habitat donde creo explotan al máximo.
La primera vez fué como teloneros de Hellacopters, cuando acababan de sacar su Veni, Vidi, Vicious, mi disco preferido de los suyos. Muy pocos les conocían y a todos nos dejaron bocaabiertos con su fuerza, sus canciones pegadizas, y su dominio absoluto del escenario.Ah! y con el gag de quedarse congelados.
No mucho despues volvieron a la difunta sala Garaje, un sitio del que guardo muy buenos recuerdos.Allí fueron ya como cabezas de cartel y volvieron a arrasar, tremendos.
Después de bastante tiempo sin verlos me apetecía ver si tal como me habían dicho, en directo seguían siendo una bomba de relojería, y vaya si lo fueron.
Mezclando temas de los tres últimos discos, aunque basandóse sobre todo en el último , Black & White, salieron a comerse el mundo desde el primer momento, con un Howlin' Pelle Almqvist tan chulesco-simpatico como siempre, bastante mejorado como cantante y hablando un español de mercadillo que le ganó al público desde el minuto uno. Nos manejaba como borreguitos con su "no hay silensio en un concierto de The Hives! No quiero silensio!"
Además de frontman carismático, hay una banda detrás potente como un reactor nuclear: Nicholaus Arson es una auténtica pasada, desborda energía por los cuatro costados y se luce sin falta de solos pajilleros, Vigilante Carlstroem y Dr. Matt Destruction aportan el muro de sonido sin concesiones, y Chris Dangerous aporrea su bataca de una manera que parece que va a estallar en pedazos.
Y así son The Hives, en sus propias palabras "la mejor banda de rock n´roll del mundo".Quizás no sean "la mejor" pero pocos conciertos tan enérgicos y divertidos como este vas a disfrutar en un año.
PD: Veridico: justo cuando estaba pensando "vaya, ya no hacen el gag de quedarse congelados"... va y lo hacen!. Volvió a funcionar, por supuesto, es infalible.
1 comentarios:
yo tambien estuve ahí! que conciertazo...
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