El año pasado quizás recordéis que algunos nombres muy importantes del cine coreano aprovecharon el Festival de Cannes para manifestarse y exponer un problema que se les venía encima: tras años de presiones, las grandes compañías norteamericanas habían conseguido que se aprovara una ley para recortar la cuota del cine coreano a la que se han de atener las salas del país.Así, de 146 días obligatorios de proyección de cine local, pasaban a la mitad, 73 días.
Teniendo en cuenta lo poderoso de la filmografía coreana de los últimos años, y lo bien que funciona su cine en taquilla (más allá de la cuota), y que se trata de una filmografía que se está imponiendo por su calidad en Asia e incluso en occidente,no parecía lo más lógico el restar apoyo por parte del gobierno coreano a su propia cultura.
Pues bien, leo en la excelente Kaiju Shakedown que los peores temores se han hecho realidad, y que ya sólo 1 de cada 10 pelis coreanas gana dinero.La reducción de cuota ha hecho que mengüe en un tercio las proyecciones coreanas,que por lo tanto no hacen más que perder dinero.Si a eso le sumamos que el número de pelis coreanas estrenadas se ha mantenido en cifras similares a las del año pasado, pues tenemos que hay mucho menos pan a repartir entre las mismas bocas.Y si a eso le sumamos que este año no ha sido tan bueno en cuanto a bombazos como años anteriores (que para eso existía precisamente la cuota), pues ya tenemos todos los ingredientes sobre la mesa.
Por supuesto,todo esto va a traer que se van a rodar menos pelis en ese pais, en favor de las supreproducciones americanas, que es lo que acaba lider de taquilla en todas partes, queramos o no.
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