La familia Katakuri se ha trasladado al campo,donde han comprado un viejo albergue y lo han reabierto.Por desgracia no tienen clientes,puesto que nadie pasa por allí.
Cuando por fin tienen una visita,el cliente se suicida en su habitación.
La familia tomará la decisión de esconder el cuerpo...
Takashi Miike, ese francotirador,máquina de hacer cine,realiza en este caso un curioso remake de una de las mejores películas coreanas de los últimos diez años (y eso es mucho decir),The Quiet Family de Kim Ji-Woon,el director de Tale of two sisters.
Pero este,tratándose de Miike,no es un remake,sino una remodelación completa,en la que sólo mantiene la premisa del argumento,ya que poco tienen que ver una y otra pelicula,más que tratarse de comedias negras.
Miike introduce mil ideas,como es habitual en sus films más pasados de vueltas,haciendo escenas con muñecos de plastelina,introduciendo números musicales (hay uno con los cadáveres que trae a la memoria el Thriller de Michael Jackson),o gags recurrentes como el del abuelo de la familia que no para de tirarle un palo a un cuervo que sobrevuela la casa.
La familia tomará la decisión de esconder el cuerpo...
Takashi Miike, ese francotirador,máquina de hacer cine,realiza en este caso un curioso remake de una de las mejores películas coreanas de los últimos diez años (y eso es mucho decir),The Quiet Family de Kim Ji-Woon,el director de Tale of two sisters.
Pero este,tratándose de Miike,no es un remake,sino una remodelación completa,en la que sólo mantiene la premisa del argumento,ya que poco tienen que ver una y otra pelicula,más que tratarse de comedias negras.
Miike introduce mil ideas,como es habitual en sus films más pasados de vueltas,haciendo escenas con muñecos de plastelina,introduciendo números musicales (hay uno con los cadáveres que trae a la memoria el Thriller de Michael Jackson),o gags recurrentes como el del abuelo de la familia que no para de tirarle un palo a un cuervo que sobrevuela la casa.
La mayoría de esas "ideas" que comento,son ese tipo de cosas que uno sólo acepta si salen en un film de un director reputado,como Lynch,o en este caso Miike,directores que han demostrado que pueden hacer la película que les de la gana,porque tienen una personalidad tan abrumadora que el producto final siempre sabe a ellos.Por eso,uno no se extraña si en mitad del film los personajes se transforman en plastelina ,o si se ponen a cantar,o si de repente hay una escena sacada de "Oficial y Caballero".
En el mundo de Takashi Miike todo,absolutamente todo,vale.
Como suele suceder con la mayoría de sus films,a causa de lo que comentaba,o se aman o se odian,no suele haber termino medio.Personalmente a veces me descoloca,pero me gustan prácticamente todas sus peliculas que he visto,y esta ida de olla,no podía ser menos.
Inpuntuable.
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